Transformación y Orientación de Vida
BaZi y Qi Men, tal como Yi Jing y Feng Shui son ríos de la misma fuente que desembocan en el mismo mar, fusionados en la Metafísica y pensamiento chino desde el inicio de los tiempos.
Metafísica / Ba Zi / Qi Men / Feng Shui / Yi Jing
Transformación y Orientación de Vida
Metafísica China
La observación fue para el pueblo chino, desde sus inicios, la manera de enfrentar la existencia.
La observación de los fenómenos del Universo que nos rodea y de las manifestaciones que derivan de ahí, intentando entender la esencia del origen de la existencia de todo y lo que le da forma y consistencia.
Esta búsqueda de lo impenetrable y lo trascendente, del conocimiento e interpretación de los reflejos de esas fuerzas universales tan sutiles en los ciclos, en la estructura de la vida, en la existencia y las actividades del ser humano, se reflejó en las orientaciones imperiales, en la gestión de los ciclos de vida, de los calendarios agrícolas, ritos sociales o la salud.
La Metafísica China se diversifica en varias áreas, entre ellas BaZi, Qi Men, Yi Jing y Feng Shui, ríos de una fuente común que desembocan en el mismo mar, fusionados en la Metafísica y el pensamiento chino desde el inicio de los tiempos.
El estudio y uso de estas áreas estaba prohibido, sólo permitido a los emperadores y los altos dignatarios por razones de seguridad, poder o razones económicas.
El BaZi como una forma de conseguir determinar las características, capacidades y potencial individuales y así ser una amenaza.
QiMen, por el componente estratégico, previniendo acontecimientos y encontrando soluciones asociadas a los ciclos del tiempo, aplicados y utilizados en momentos determinados de la historia de la antigua China, e indudablemente de la reciente también, asimismo anclado en la mitología.
Yi Jing, como fuente de conocimiento e interpretación de las mutaciones del Universo y transformación de los ciclos y de la vida.
Feng Shui, Feng Shui, originalmente se destinaba a determinar la localización más favorable para la sepultura, de manera que se garantizase la buenaventura y la continuidad de la descendencia de futuras generaciones; o las zonas más favorables para construir un palacio, fundar una ciudad, lo que era ejecutado por quien tuviese ese poder.
Sobre todo concedía poder para utilizar la interacción de las fuerzas cósmicas y terrestres como factores de crecimiento y armonía.
Cada cultura, dependiendo de su conocimiento, ha estado buscando alcanzar estos mismos objetivos.
A pesar de algunos cambios y apertura a lo largo del tiempo, el acceso a esta área fue exclusivo para una élite muy pequeña.
Sólo a principios de 1900, con la caída de la dinastía Qing, se volvieron más accesibles para las clases ricas e informadas o en los ciclos del poder.
Con la instauración de la República Popular China, estas áreas son restringidas y posteriormente perseguidas, así como otras con una visión energética o espiritual más profunda del ser humano, como la antigua Medicina Tradicional China o las Artes Internas.
Esta situación provocó, mientras fue posible, el éxodo de gran parte de la «inteligencia» del país, que logró refugiarse en Taiwan, Hong Kong o el sudeste asiático y que se convirtieron en «depositarios» de una parte de este conocimiento ancestral. También en otros países en los que ya existían comunidades y lazos culturales como Francia, Alemania, Inglaterra o Canadá.
La «reapertura» y el acceso a estas áreas de conocimiento son algo recientes, si tenemos en cuenta que hace 50 o 60 años eran muy poco publicitadas o incluso desconocidas para el resto del mundo.
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BaZi significa 8 Caracteres, que resultan de nuestra fecha de nacimiento, año, mes, día y hora y se convierten en 4 Pilares del Destino (Ming), que podremos definir como nuestra esencia, o nuestro potencial de vida.
El BaZi se basa en sus propios fundamentos, parámetros, reglas de análisis e interpretación, que se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos – desde el año 200 AC – más allá de cualquier aspecto de adivinación o superstición.
Es un instrumento eficaz que nos ayuda a conocer mejor nuestra estructura, por el análisis del tipo de energías que impregnaron nuestra constitución personal a lo largo de la gestación y durante el nacimiento, contribuyendo para nuestra formación energética, nuestro potencial y valencias, en la forma de relacionarnos afectivamente, de actuar, de ser y pensar, en nuestras ambiciones y visión de futuro.
Saber cuáles son nuestras características y nuestro potencial contribuye a estar más informados y preparados, para tomar las decisiones adecuadas a nuestra realidad, al momento que atravesamos y así obtener mejores resultados.
Tener una visión más clara de nuestras capacidades y valencias, saber cuál es el momento de utilizarlas, es una forma más eficaz de vivir la vida, además del ahorro de tiempo, de energía y recursos y de ser una fuerte contribución en el camino hacia nuestra realización.
Es importante tener presente que los signos son representados por animales, y así se han mantenido a lo largo del tiempo, para simplificar la comprensión de cada constitución energética, sin ninguna similitud física u otra…
Ninguno de los signos o cualquiera de los elementos: Madera, Fuego, Tierra, Metal o Agua, es por sí mismo positivo o negativo, son atributos energéticos, con utilidad y valor dependientes de la interacción entre ellos, de la forma y de los momentos más adecuados en que los utilizamos, siendo que el factor determinante es nuestra acción y postura constructiva.
A medida que profundizamos y desarrollamos nuestro potencial, nos convertimos en una mejor versión de nosotros mismos y, literalmente, todo lo que nos rodea mejora y el camino se abre ante nosotros.
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“Qi Men Dun Jia”, o en español, “Puerta Mágica para Proteger al Jefe”, resulta de la combinación de:
- “Qi” que tiene el amplio signficado de misterioso o místico, es decir, recurrir a la influencia de las fuerzas celestiales;
- “Men” significa puerta o forma de reaccionar o actuar;
- “Dun” esconderse o escapar para mantenerse oculto;
- “Jia” el General o quien comanda.
Es decir, «Puertas misteriosas para ocultar a Jia» o en sentido amplio para que «Jia» pueda escapar o ser protegido, gracias a la predicción de eventos y resultados.
Los primeros registros del uso de Qi Men Dun Jia como arte adivinatorio se remontan a un período turbulento en la historia de China, el de los Reinos Combatientes alrededor del 700 AC.
Sin embargo, se dice que la tradición y la historia fueron utilizadas por el Emperador Amarillo Huang Di, una figura mítica en la tradición china, hace unos 5.000 años en su lucha contra el rebelde Chi You.
Chi You asociaba una inteligencia y una constitución física inusuales con el poder de controlar las fuerzas de la naturaleza, esto lo hacía invencible.
Consciente de no tener ninguna posibilidad contra ese adversario, Huang Di buscó inspiración retirándose a la meditación en las montañas, donde encontró a la Diosa de los Nueve Cielos que lo inició en el uso de «Qi Men Dun Jia».
Fue gracias a este conocimiento que Huag Di pudo derrotar a Chi You y convertirse en una figura central en la fundación de su Imperio, que resultó decisivo para el futuro y la unificación de China.
A lo largo de la historia de China, en varios momentos sorprendentes y decisivos, hay referencias al uso de Qi Men Dun Jia.
Qi Men, en su denominación más común, se basa en la interpretación de la interacción y dinámica entre el espacio, el tiempo y un evento.
Se usaba para determinar el resultado en función de una acción tomada en una situación o tiempo en particular, y se usaba en asuntos de estado o guerra para determinar el resultado y qué estrategia y medidas apropiadas conducirían a la victoria.
Con el tiempo se extendió a otros enfoques de la existencia.
La adaptación del Qi Men a nuestros días, lo convierte en un factor de utilidad diversificada en la Metafísica, aplicado en numerosas áreas más allá de la predicción de resultados, en el uso energético del espacio, en la definición de estrategias adecuadas tanto personales como en los negocios, en la evaluación y conocimiento de la estructura personal, apoyo y orientación al curso de la vida y evolución espiritual, lo que lo convierte en una herramienta preciosa en nuestra vida personal, profesional o empresarial.
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Los textos clásicos de Feng Shui se refierem a la interpretación del efecto de las energías que vienen del firmamento, sobre la tierra y cómo esas energías nos influyen.
Algunos maestros, siguiendo diferentes sistemas, observando la dinámica de los astros, determinaban cuáles eran las zonas o poblaciones con una mejor naturaleza y capacidades, o de mayor desarrollo económico.
Otros, identificando la mejor ubicación y dirección para construir una casa, a partir de los reflejos de energía abundante y positiva combinando las características del área circundante, en un período de tiempo determinado, reflejándose sobre la construcción y sus habitantes.
Una regla del Feng Shui clásico nos dice que el 70% de la calidad energética de una casa depende de las energías del espacio en el que se ubica, y la propia casa tiene un valor del 30%, reflejado en las energías positivas para sus habitantes.
Para la metafísica china clásica, nuestro camino y realización de vida dependen y están en sintonía con la Trinidad Cósmica, el Cielo, la Tierra, el Hombre, incluidos en la dinámica del Universo.
El cielo, o nuestro mandato celestial, que podemos asociar con las fuerzas del firmamento o a nuestra «suerte», a las oportunidades e que representa el 33%.
La Tierra, el entorno que nos rodea, donde vivimos, trabajamos y actuamos, representa el 33%.
El hombre, el factor determinante de esta ecuación, por nuestras elecciones,
acciones, decisiones, participación, con quien convivimos, representamos el 33%.
Esto significa que mediante la correcta gestión de estos 3 factores, sobre todo en lo que depende de nuestra acción, podemos mejorar las posibilidades de éxito.
Fue a partir de los años 80 que el Feng Shui llegó al mundo occidental, como una forma de influir en las áreas más importantes para la mayoría de nosotros, las relaciones, la salud, la profesión y la riqueza, simplemente colocando objetos en áreas de nuestro hogar o lugar de trabajo.
Sin embargo, en los clásicos chinos del Feng Shui no hay referencias a objetos o colores como forma de obtener ningún tipo de resultado.
Lo que existe son referencias al uso del espacio físico y direcciones para favorecer actividades y resultados.
Es por nuestra energía vital, compromiso y determinación que imprimimos en las acciones que desarrollamos una consonancia con las cualidades de ese espacio, en el momento adecuado.
En la alta antigüedad, el Feng Shui se utilizó para determinar la mejor ubicación energética de sepulturas y tumbas, como una forma de garantizar la descendencia y el linaje, buenaventura y continuidad para las generaciones futuras, o las áreas más favorables para construir un palacio, fundar una ciudad, lo que era ordenado ejecutar a quien tuviera este poder.
Es a partir de la dinastía Tang (618 a 907) que clásicos del Feng Shui aplicados a las viviendas comienzan a surgir.
Sólo mucho más tarde, con la caída de la dinastía Qing en 1911, el acceso a este tipo de información comenzó a expandirse más allá de las personas de alto rango y empresarios, a medida que la sociedad se abre y los recursos económicos comienzan a cambiar de manos.
Con la instalación de la República Popular China estas áreas son restringidas y posteriormente perseguidas, así como otras con una visión más energética de la relación del ser humano con el Universo.
Esta fue la situación que provocó, mientras fue posible, el éxodo de parte de la «inteligencia» que dominaba esta actividad y la Metafísica, que logró refugiarse en Taiawán, Hong Kong, o el sudeste asiático llevándose consigo este conocimiento ancestral.
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La mejor lección que podemos extraer del Yi Jing podrá ser que:
Nada en el universo escapa a esta regla que es lo que hace que todo exista.
Podemos ver las mutaciones de dos maneras:
Cómo nuestras decisiones y acciones causan cambios en nuestras vidas.
Ya sean los cambios externos a nosotros o los internos, son algo que no podemos evitar.
Lo que siempre podemos hacer es ver estos cambios como aprendizaje y evolución en nuestro camino.
Ser capaces de entender este idioma nos ayuda a una mejor comprensión de cómo recorrer el camino que nos rodea.
El Yi Jing y los Ocho Trigramas se atribuyen al primer emperador y unificador de China, el mítico sabio Fu Xi (cerca de 2850 y 2740 A.C.), que se inspiró en la observación de los ciclos del Universo sobre la naturaleza. Fu Xi implementó el lenguaje escrito, instituyó las reglas de convivencia, relaciones personales y sociales.
La esencia de Yi Jing se basa en las interacciones entre dos fuerzas opuestas y complementares, el Yin/Yang que dan lugar a ocho símbolos, Ocho Trigramas, que representan el todo.
Cada Trigrama es la combinación de tres líneas enteras, Yang, y tres quebradas, Yin.
Las 64 combinaciones posibles de dos de los Ocho Trigramas entre ellos dan lugar a los 64 Hexagramas.
El Yi Jing está anclado en los orígenes, la filosofía y la cosmogonía chinos, conocido como el Libro de las Mutaciones porque es un diálogo de interpretación de la única constante de la vida, de las fuerzas de la existencia y del Universo ‐ las Mutaciones.
Durante la dinastía Shang (1600 y 1045 A.C.) se convirtió en un manual de conducta, reglas de vida, ética, moral y gestión del estado, calendario agrícola, forma de interpretación de hechos o predicción de eventos.
En la segunda mitad de esta dinastía, un período de muchos hallazgos arqueológicos escritos en diversos materiales, algunas inscripciones atestiguan el nombre del adivino, lo que adivinó y la posterior certificación.
También en este período se define el ciclo Sexagenario de los Tallos Celestes y las Ramas Terrestres, sobre la interacción continua entre las seis energías celestes y las cinco energías terrestres: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua, en ciclos de 60 años, reflejadas por las energías sutiles que nos rodean en todos los aspectos de la vida, agricultura, ritos, salud, comportamiento social o interpretación de los signos del universo.
En el período final de la dinastía Shang, el rey Zhou Wang encarceló a su rival el Rey Wen, quien en su largo cautiverio tuvo la visión de los Trigramas con un orden diferente de la versión original de Fu Xi, desarrollando una nueva alineación de los Ocho Trigramas, adaptándolos a los tiempos de la época y transformando algunos principios del Yi Jing en un arte adivinatorio.
El orden original de los Trigramas de Fu Xi pasó a denominarse el «Cielo Anterior» al representar la existencia y el universo en su forma original y perfecta.
El orden de los Trigramas del Rey Wen pasó a denominarse «Cielo Posterior» al incluir la noción de mutabilidad, tiempo y transformación.
A lo largo de los siglos, el Yi Jing ha sido una forma de interpretar filosóficamente el sentido y el significado de las manifestaciones y relaciones del Universo, de la existencia y la vida, del análisis de probabilidades y afinidades.
Fue interpretado, enriquecido, transformado así como influyó a las principales figuras del pensamiento chino de la antigüedad, Lao Tzu, Mencius, Mo Tsue entre muchos otros.
Confúcio escribió textos sobre o Yi Jing, conocidos como las “10 Alas”.
Uno de sus famosos postulados nos dice:
Las cuatro formas producen los ocho Trigramas
Los ocho Trigramas determinan las manifestaciones del Universo
Los ocho Trigramas generan los 64 Hexagamas
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